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Mostrando entradas de febrero, 2018

Ignacio Sánchez Mejías, en Nueva York

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"Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena" Federico García Lorca Preparado para practicar boxeo | ABC.es Para derribar el manido tópico de barbarie e incultura, sólo necesitamos bucear en la longeva historia de la tauromaquia. Cierto es, por un lado, el surgimiento de espadas desde las capas más llanas y, a veces, analfabetas de la sociedad, pero no podemos negar la importancia de figuras como Juan Belmonte o Ignacio Sánchez Mejías dentro y fuera del planeta de los toros, en interrelación con otros ámbitos culturales. 1927 . El peculiar matador abandonó los ruedos por segunda ocasión (anteriormente, en 1922 ). En plenitud de facultades psicofísicas para practicar la profesión, la hostilidad del aficionado ante sus comparecencias, como ya sucediera con Guerrita o su cuñado Gallito , provocó el abandono de los cosos, no sin contar con la presencia de Rafael Alberti, una tarde veraniega, enrolado en su cuadrilla. No

Oro, plata y bronce

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Antoñete y Atrevido | Fragmento vídeo Las clases magistrales ofrecidas por Antonio Chenel , durante su período televisivo, merecen eterna remembranza para comprender el toreo. El espectador, víctima del particular tándem, junto a Manuel Molés , disfrutó hasta del más sonoro petardo de la historia, porque el maestro reveló tal anécdota, equis particularidad y el castellonense colocaba la guinda. A finales de los noventa, en un programa especial, Antoñete ejemplarizó la clasificación olímpica ( oro, plata y bronce ) del muletazo, según longitud de trayectoria. Esta distribución, ideada por Paco Parejo , cuñado de Antonio y mayoral de Las Ventas, sirvió al venteño para medir la brillantez frente a su lote. Esclarecida la descripción de cada estamento, resulta conveniente ejemplarizar con casos prácticos, sin anquilosarnos en la teoría. De esta manera, se comprende con mayor facilidad y, de cara al futuro, por televisión o en la misma plaza, poder distinguir la calida